Sinopsis: Aaron Schulman se sintió indispuesto. Comenzó a sudar. Palideció. Dejó caer su instrumento, que destrozó el silencio del teatro. Se apagó lentamente. Como una vela, en el último instante, pareció refulgir. Pero fue un espejismo. Una cruel quimera"
Muerte de un violinista se inicia con la súbita muerte del primer violín de la Filarmónica de Nueva York durante un concierto en el Auditorio de Las Palmas. La trascendencia internacional del caso y la necesidad de una gran discreción hacen que la policía recurra a los servicios del detective Ricardo Blanco para investigar lo que resultará ser un asesinato. Las sospechas se centran pronto en torno a uno de los miembros más recientes de la orquesta, la viola canadiense Juliette Legrand. Sin embargo, a medida que va escarbando en su pasado, Blanco se sentirá irremediablemente atraído por ella, lo que le producirá más de una complicación.
En esta entrega se descubren nuevos datos sobre el pasado y la personalidad de Blanco, un detective privado poco convencional, amante del jazz y la buena literatura. Estos elementos, junto a un variado elenco de personajes secundarios y a un sorprendente giro final, conforman una historia que consigue mantener en vilo al lector hasta su desenlace.
Opinión: Pues cada vez me gusta más este detective y este autor.
Contado en primera persona resulta un libro suave, emotivo, simpático y con una trama lógica, clara y muy bien compuesta.
Seguiré leyendo la serie de Ricardo Blanco, sin duda.
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